Una salida un tanto diferente

Primera salida nocturna londinense y sale un post con fritas.

Todo comenzó muy tranquilamente en un pub cerca del famoso Tower Bridge (ahí donde esta la corona de la reina). Pinta va, pinta viene, conociendo gente, una de las chicas del pub termino de trabajar a las once y nos invito un boliche en Soho. La chica en cuestión era española y la fiesta a la que nos llevaba era gay al igual que ella. Como mucha opción no tenia acepte sin ningún problema.
Luego de dar un par de vueltas por el barrio, llegamos. En la puerta, el de seguridad nos detiene sin dejarme pasar dice: “Solo chicas. Las chicas lo convencen de que yo era gay, yo no abri la boca. Bajando las escaleras, riéndome un poco por el hecho de que tenia que ser gay por una noche.
Entramos y me dio una sensación súper rara. Sentía que todas me miraban, era el bicho raro de la fiesta, totalmente alienado. Las chicas me dijeron que no me preocupara, y la verdad es que a nadie le interesaba mi presencia.
Pedí una cerveza, me castigaron £3.50 por una botellita, y nos pusimos a bailar. La música estaba muy buena, la onda copada y no estaban los típicos engendros borrachos que te rompiera los quinotos. El material presente era de bajo nivel, no había muchas chicas que me atrajeran realmente, salvo la recoge vasos: increíble gato. Tampoco importaba mucho, ninguna me iba a dar pelota.

En una de esas pasa una chica y tuvimos esta pequeña conversación:

E: Me das lastima, sos hombre, no te podes llevar nada.
Y: Me encanta, de que hablas?
E: ummh?
Y: Estoy con mi cerveza, amigos, buena música y no tengo la presión de tener que llevarme a alguien.
E: Wow, copado! Tenes un acento de donde sos?
Y: Soy argentino.
E: Hablas español! Yo también!

Y nos hicimos amigas… ja!

Al terminar la noche fuimos a comer algo a un supuesto italiano. Me vendieron una especie de milanesa de pollo que fue una reverenda bazofia. Luego de ser estafado subí al bus de la noche que me llevaría a casa. Hice un par de amigos en el camino, una pareja: ella Hawaiana y el New Yorkino. Ella hablaba español muy bien y tenia ganas de irse a vivir a Argentina pero por la crisis del 2001 esos planes se habían suspendido. Luego subieron dos borrachos ofreciendo Rhum Capitan Morgan a todos los pasajeros. No estaban tan alcoholizados como el que acepto y tomo varios tragos directo de la botella. Estos muchachos también hablaban español, pero bastante limitado… la verdad es que sabían decir dos boludeces.

Tengo que agradecer a Dora que me saco a bailar por la noche londinense y a la española que me infiltro en este sub-mundo donde las reglas de la sociedad no se aplican en lo mas mínimo.

Eso si, se ve que hablar español es fashion, por lo menos acá en Londres…